Introducción al suelo pélvico

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, fascias y ligamentos que se sitúan en la parte inferior del tronco, anclados a los huesos pélvicos, a modo de “hamaca”. Aunque durante mucho tiempo se pensó que su única función era la de sostener las vísceras pélvicas (vejiga, útero y recto en la mujer; vejiga, próstata y recto en los hombres), hoy se sabe que cumplen otras muchas tareas. Participan en la estabilización de la postura, el equilibrio y la marcha, así como en la respiración, mediante una acción coordinada con los músculos abdominales, en especial los profundos, y los glúteos. También colaboran en las funciones fisiológicas de los órganos pélvicos, y en especial, en la coordinación de la micción y la defecación. Asimismo, en la mujer, el suelo pélvico juega un papel muy importante durante las relaciones sexuales y el parto. En el caso del hombre, colabora en la erección y la eyaculación. 

     La estructura y función del suelo pélvico es muy compleja. A día de hoy aún existe una gran discrepancia entre autores, existiendo varias nomenclaturas y teorías en cuanto a la micción y los mecanismos de continencia. Por ello, no me atreveré a dar más detalles generales al respecto, ya que habría que dedicarle varios cientos de páginas. Me centraré en la función que realiza en la micción, que es, desde el punto de vista de las infecciones de orina, lo que nos importa. Pero antes de adentrarme en ese tema, quiero hacer una puntualización sobre la diferencia que existe entre los términos “suelo pélvico” y “periné”, pues, aunque se emplean a menudo de manera indistinta, tienen un significado diferente. El periné es la región anatómica que cierra la parte inferior de la pelvis, mientras que el suelo pélvico es un conjunto de músculos, ligamentos y fascias, como ya he comentado, situado en la pelvis (y parte de él, en el periné). Es como imaginar que el suelo pélvico es la puerta de la casa y el periné es la fachada de esa casa. La puerta está integrada en la fachada, pero no es lo mismo puerta que fachada. Así pues, no es lo mismo suelo pélvico que periné. Sin embargo, a efectos prácticos, se suelen utilizar estos dos términos de manera indistinta, y en esta web lo haremos así.

Bibliografía: